La cristalización de la miel ¿saludable?
Resolvemos tus dudas sobre la cristalización de la miel.
De todos es conocida la fantástica capacidad de conservación de la miel.
Pero ¿qué factores favorecen a que esto sea así?
- En primer lugar, el agua. Las abejitas son capaces de reducir el 70% de agua inicial de la miel, hasta un 17%. Esto lo consiguen con el intenso e incansable batir de sus alas. Gracias a ello, disminuye la humedad de la miel, por lo que evita que se desarrollen microorganismos.
- Por otro, lado, tenemos al pH, que es ácido y se sitúa en torno al 4. Esto también dificulta el desarrollo de microrganismos en la miel.
- Por último, la cristalización de la miel. La miel tiene una clara tendencia a cristalizarse. El bajo contenido en agua de la miel provoca que la glucosa presente en ella forme una solución sobresaturada, formando cristales pequeños y, por lo tanto, una miel más sólida. Cuanta más glucosa y menos fructosa incorpora la miel, más se favorece este proceso. La presencia de pequeños cristales no disueltos, procedentes de impurezas como el polen, partículas de cera o burbujas de aire, son también iniciadores de nuevos procesos de cristalización. La temperatura también juega un papel relevante, sobre todo cuando esta se sitúa entre 4 y 20 grados.
Entonces, ¿Cuándo una miel está cristalizada significa que está estropeada y no puede consumirse?
Para nada. Como hemos explicado, la cristalización de la miel es un proceso natural en ella, que no implica que se haya deteriorado ni que haya perdido sus propiedades.
La próxima vez que veas cristales en tu bote de miel, no temas: es una señal de calidad y de que no contiene aditivos.
¡Toma nota!
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